Fenómenos hidrometeorológicos extremos, aprendiendo lecciones para el futuro

La convulsa actualidad hace que muchos eventos meteorológicos extremos pasen prácticamente inadvertidos. O, en todo caso, solo sean objeto de atención en el ámbito local. Es lo que ha ocurrido con dos recientes fenómenos hidrometeorológicos extremos que han sembrado la desolación en Ecuador y Brasil.

No obstante y lejos del morbo que a veces se asocia a este tipo de desastres, en Arantec creemos que estos episodios relacionados con los riesgos hidrometeorológicos ofrecen interesantes aprendizajes para evitar su repetición. A fin de cuentas, la adopción de medidas no va a evitar una inundación per se. Pero sí puede minimizar los daños.

¿Qué son los riesgos hidrometeorológicos?

Los riesgos hidrometeorológicos hacen referencia a la probabilidad de ocurrencia de un desastre a consecuencia de un fenómeno meteorológico extremo relacionado con el agua

Pero el riesgo no radica en la ocurrencia del fenómeno en sí, por ejemplo, unas lluvias torrenciales. También debe existir una condición de vulnerabilidad materializada en la existencia de edificaciones o infraestructuras que puedan ser afectadas. De este modo, el desbordamiento de un río que solo anega zonas despobladas no implicará un desastre.

El problema surge cuando este tipo de eventos se producen en zonas urbanas. Y en especial, en ciudades densamente pobladas y con asentamientos irregulares carentes de todo tipo de planificación e infraestructuras para canalizar la escorrentía superficial.

Zonas urbanas densamente pobladas o con asentamientos irregulares son proclives a sufrir riesgos hidrometeorológicos
Carapicuíba (São Paulo, Brasil)

Asimismo, conviene tener en cuenta la intensificación de este tipo de fenómenos conforme el calentamiento global se hace más patente. De hecho y según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los desastres relacionados con la meteorología se han incrementado por 5 en los últimos 50 años.

Al fin y al cabo, una atmósfera más cálida retiene más humedad, aproximadamente un 7 % más por cada 1 ºC de más. Y esta situación puede traducirse en un incremento de las precipitaciones extremas y, posiblemente, en un reforzamiento de los ríos atmosféricos. También conocidos como ríos voladores, son regiones de la atmósfera de miles de km de largo con un contenido de humedad superior al de las zonas colindantes. Y según parece, podría ser la causa de la violencia con la que descargó el cielo en Petrópolis (Brasil).

Soluciones tecnológicas para hacer frente a los riesgos hidrometeorológicos

Como hemos comentado anteriormente, los eventos relacionados con los fenómenos atmosféricos extremos se han multiplicado en los últimos años. No obstante, el número de víctimas ha descendido.

Una explicación a esta aparente contradicción radica en el avance experimentado en las últimas décadas por los sistemas de alerta temprana y el desarrollo de estrategias proactivas de gestión de los desastres.

La implantación de estas medidas, sin embargo, es desigual. Así, los países con ingresos medios y bajos, que además son los que suelen sufrir los embates de este tipo de episodios con mayor ferocidad, reclaman una mayor cooperación internacional para paliar esta situación.

Países como Ecuador, por ejemplo, cada vez son más conscientes de los beneficios que supone invertir en este tipo de sistemas. Aluviones como el que sufrió la ciudad de Quito en enero de 2022 y que luego detallaremos con un poco más de detalle han puesto de manifiesto la necesidad de reforzar el actual sistema de alerta temprana.

El rol de Arantec para minimizar los efectos de los eventos hidrometeorológicos extremos

Arantec se ha especializado en proporcionar soluciones que ayudan a minimizar los daños derivados de los riesgos hidrometeorológicos.

Productos como SmartyRiver, apoyados por nuestras estaciones meteorológicas automáticas, ofrecen un completo servicio orientado a proporcionar la información hiperlocal necesaria para adoptar las medidas más oportunas.

Estas opciones se complementan con nuestra plataforma web, que, entre otras cosas, permite

  • visualizar los datos recopilados por los sensores sobre el terreno de forma sencilla; 
  • generar informes, y 
  • configurar alertas.

Quito y Petrópolis, dos ejemplos que valen por 1000 palabras

Quito y la ciudad brasileña de Petrópolis son el escenario de dos de las últimos tragedias que han tenido al agua como protagonista.

La Gasca y La Comuna: cuando la ladera del volcán va al encuentro de la ciudad

Quito, por ejemplo, sufrió en enero de 2022 un aluvión que afectó de forma directa a los barrios de La Gasca y La Comuna. Las fuertes lluvias, que alcanzaron niveles récord, desencadenaron un deslizamiento en las laderas del volcán Pichincha que se saldó con el fallecimiento de más de 20 personas.

Localización de los barrios La Gasca y La Comuna con respecto al volcán Pichincha
Localización de los barrios La Gasca y La Comuna (delimitados en rojo) con respecto al volcán Pichincha. Fuente: Google Maps

Según citan algunos medios locales, el fenómeno pudo verse agravado por la cantidad de basura y escombros que ocupan algunas de quebradas de la ciudad y que podrían haber bloqueado el flujo de agua y lodo.

En todo caso, la minimización de las consecuencias de estos fenómenos podría venir atendiendo a algunas de las siguientes medidas:

  • Estudio riguroso de las zonas más propensas al riesgo
  • Trabajo de concienciación de la ciudadanía para evitar los depósitos ilegales
  • Instalación de cámaras para la vigilancia en tiempo real de las quebradas más problemáticas
  • Puesta en funcionamiento de un sistema de sensores radar que detecte el incremento en el nivel de agua
  • Implementación de un sistema de alerta temprana de deslizamientos en las laderas del volcán Pichincha con mayor riesgo

Petrópolis, la importancia de una urbanización ordenada

Las inundaciones registradas en Petrópolis han resultado dramáticas. Más de 200 personas han fallecido como consecuencia de las intensas lluvias y posteriores inundaciones.

En este caso, parece que las edificaciones irregulares que se asientan en las laderas han jugado un papel determinante en las fatales consecuencias. De hecho, las propias autoridades locales reconocen que unas 20000 viviendas se encuentran enclavadas en zonas de riesgo alto y muy alto.

Remediar esta situación pasa, en primer lugar, por invertir en los recursos necesarios. Si la escasez de suelo impide el desarrollo de políticas de reasentamiento, habría que implementar al menos un sistema de alerta temprana que cubra todos los barrios de la ciudad, asegurándose de su correcto funcionamiento y de la comunicación de las alertas a los habitantes. 

Conclusión

¿Una red de estaciones hidrometeorológicas podría haber reducido el impacto de estos fenómenos asociados al cambio climático? Es posible. Recibir un aviso de que el caudal de un arroyo está aumentando de forma rápida o ver a través de una pantalla la existencia de un posible problema puede ser el paso inicial para transmitir la alarma a la población.

Los desastres naturales pueden ayudarnos a visualizar los problemas que es necesario corregir. El objetivo tiene que ser evitar que se repitan este tipo de sucesos. Pero esta meta no será posible si no existe la voluntad y la necesaria cooperación para su resolución.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio