Brienz, una historia de éxito en la monitorización de los movimientos de ladera

En un mundo donde las catástrofes naturales pueden desencadenarse en cualquier momento, la monitorización de los riesgos geológicos se convierte en un imperativo para proteger vidas, propiedades y comunidades.

Brienz representa actualmente una historia de éxito de este tipo de actuación. Un claro ejemplo de cómo la ciencia, la tecnología y los sistemas de alerta temprana salvan vidas.

Pero vamos a conocer un poco mejor qué está pasando en este rincón de Suiza.

Brienz, un pueblo en movimiento a la sombra de una amenazante ladera

Brienz/Brinzauls es una pequeña comuna rural en el distrito de Albula, Suiza (no confundir con la población del mismo nombre cerca de Interlaken).

Construido sobre una deformación de la ladera que se extiende desde la cima del Piz Linard hasta el río Albula, el pueblo no ha dejado de moverse. O, mejor dicho, desgarrarse. De hecho, la vigilancia de esta zona comenzó hacia 1930, una vez evidenciados los riesgos geológicos a los que estaba expuesto el núcleo urbano.

Así, el constante desplazamiento del terreno es claramente perceptible, con diversas construcciones agrietadas. Sin ir más lejos, la misma torre de la iglesia muestra una clara desviación vertical de medio metro.

Sin embargo, la mayor amenaza que se cierne sobre Brienz es la ladera que se alza al norte del pueblo. Y especialmente el compartimento conocido como «La isla» (Insel en alemán), un área con un volumen de unos 2 millones de m3.

Un sistema de alerta temprana diseñado para monitorizar los riesgos geológicos

Como puedes ver, los riesgos geológicos son una constante en esta parte de Suiza.

Así que, habida cuenta de las posibilidades de un gran desprendimiento de rocas y tierra, en 2011 se instaló un completo sistema de alerta temprana que facilita la vigilancia geológica.

A día de hoy, esta solución está compuesta por:

    • un georadar;
    • un radar Doppler;
    • una estación total robótica;
    • dos cámaras de lapso de tiempo (TLC) con procesamiento automatizado de imágenes (DIC);
    • varias webcams (una de ellas es accesible desde [este enlace](https://www.youtube.com/watch?v=3N80eDCnqaM));
    • dos estaciones sísmicas;
    • varias estaciones climáticas (con similitudes a las [estaciones meteorológicas](http://www.smartyplanet.com/smarty-meteo) que ofrecemos en Arantec);
    • catorce estaciones GNSS permanentes, y
    • generación de LiDAR periódicos, vuelos de drones y helicópteros y mediciones GNSS.

En marzo de 2023 se estableció un protocolo final detallado para la interpretación de los datos de alerta temprana y los valores umbral de alarma.

Cronología de un deslizamiento de tierra anunciado

El compartimento Insel ha estado aumentando su actividad gradualmente en los últimos años. La caída de rocas, por ejemplo, ha sido bastante habitual, aunque sin entrañar riesgos geológicos severos.

De igual forma, se han llevado a cabo algunas actuaciones para reducir los movimientos de la ladera, como la apertura de un túnel de drenaje en 2021. Sin embargo, esta solución parece no haber surtido efecto.

No obstante, octubre de 2022 marca un antes y un después, con una perceptible aceleración del desplazamiento del Insel que fue incrementándose hasta que en mayo de 2023 sobrepasó los 100 mm al día.

Fue en este momento cuando se tomó la decisión de evacuar Brienz.

Los aproximadamente 85 residentes permanentes recibieron un aviso que los instaba a abandonar sus hogares entre el 9 y el 12 de mayo.

Cuando se decreta una evacuación preventiva de esta naturaleza es porque existe una certeza muy elevada de que algo va a ocurrir. Pero, obviamente, no se sabe cuándo.

Durante el mes que transcurrió entre la salida de los habitantes de Brienz y el derrumbe, la caída de rocas fue constante.

Brienz, 30 de mayo de 2023. Fuente del vídeo: 20 Minuten

Pero el mayor desprendimiento no se produjo hasta mediados de junio, en la noche del 15 al 16.

La masa de tierra y rocas que se precipitó montaña abajo (1,2 millones de m3, aproximadamente) quedó cerca de la escuela del pueblo, destruyendo un pequeño cobertizo en su trayectoria.

Se estima que han caído entre dos tercios y tres cuartas partes del compartimento. Aunque aún se están llevando a cabo estudios pormenorizados, las previsiones apuntan a que los vecinos de Brienz podrían volver a sus casas en los próximos meses.

«En este momento, no estoy seguro de que podamos volver antes de la próxima primavera. No obstante, podría haber sido mucho peor»

Renato Liesch, residente en Brienz

¿Qué lecciones nos deja este evento?

    • La importancia de la monitorización constante para mitigar los riesgos geológicos: a través de tecnologías avanzadas, como sensores sísmicos, inclinómetros (similares a los que hemos instalado en Castellfolit) y radares, es posible detectar los cambios sutiles en los movimientos de ladera y otros fenómenos geológicos. Estos sistemas de alerta temprana permiten tomar medidas preventivas y de evacuación antes de que se produzcan desastres
    • La relevancia de la planificación y gestión de los riesgos geológicos: identificar las zonas de alto riesgo, evaluar la vulnerabilidad de las infraestructuras y planificar rutas de evacuación son algunas de las medidas que no deben dejarse al azar.
    • La significancia de la colaboración entre diferentes agentes (comunidades locales, equipos de investigación, empresas, etc.): la investigación conjunta, el intercambio de conocimientos y la participación activa de la comunidad son fundamentales para desarrollar estrategias sólidas y sostenibles.
    • La concienciación y educación: es fundamental que las comunidades comprendan los peligros geológicos a los que están expuestas y sepan cómo actuar frente a ellos.

Es necesario reconocer que este grado de seguimiento y vigilancia es poco habitual.

No obstante, los cambios que están experimentando las montañas, en algunos casos agravados por el cambio climático (el deshielo del permafrost, por ejemplo) obligan a reforzar la vigilancia en las zonas sometidas a mayores riesgos geológicos.

Brienz nos enseña que invertir en la mitigación de riesgos geológicos no solo salva vidas. También preserva nuestro futuro y nos permite construir sociedades más seguras y resilientes.

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