Tecnología y prevención, las claves para reducir el riesgo de inundación en los campings de Catalunya

En Catalunya, reducir el riesgo de inundación en los campings se ha convertido en una prioridad para proteger a las personas, permitiendo al mismo tiempo la continuidad de la actividad turística. 

El nuevo marco normativo que define el Decreto ley 17/2025 pone el acento en actuar antes: conocer la vulnerabilidad real de cada instalación, contar con planes de emergencia útiles y apoyarse en alertas tempranas que ganen minutos valiosos. 

¿Cómo puede la tecnología convertir la prevención en una rutina diaria? ¿Qué enseña la experiencia de Arantec? 

La idea es sencilla: menos incertidumbre y más decisiones bien informadas.


Un riesgo que no da tregua: por qué los campings catalanes están en el punto de mira

El marco actual parte de una idea sencilla: hay campings ubicados en zonas inundables o con dinámica torrencial, y su exposición exige decisiones rápidas y bien coordinadas.

En concreto, de los 350 establecimientos localizados en territorio catalán, aproximadamente el 43 % se sitúa en zona inundable. Dentro de ese conjunto, 16 campings presentan un riesgo alto por tener más del 50 % de su superficie en zona de flujo preferente, considerándose su situación prioritaria.

Camping Els Alfacs (Tarragona), septiembre 2021

Un decreto que marca un antes y un después

Al objeto de corregir esta situación o minimizar al menos las posibles consecuencias, el Decreto ley 17/2025 crea un procedimiento claro que verifica si cada camping puede gestionar el riesgo de inundación con garantías, poniendo por delante la seguridad de las personas. 

¿Cómo funciona este trámite?


  • El Govern abre el expediente de oficio y empieza por los casos con peor combinación de riesgo y evacuación.
  • El organismo de cuenca aporta los datos de inundabilidad y, si procede, evalúa el sistema de alerta temprana; Protección Civil: comprueba si la autoprotección es viable y si se puede evacuar a tiempo a zona segura.
  • La Comisión Técnica de Campings formula una propuesta y se abre trámite de alegaciones al titular y a las administraciones locales antes de elevarla a la Comisión de Gobierno, que es quien resuelve.
  • Las opciones que se proponen contemplan desde la continuidad de la actividad en las condicionales actuales hasta el desarrollo de medidas correctoras, la implementación de sistemas de alerta temprana de inundaciones (SAPI) o, en última instancia, el cierre del establecimiento.
  • Si no se cumplen las condiciones en el plazo otorgado, el decreto prevé el cierre de las instalaciones.


Conviene dejar claro que el decreto no habla de cierres automáticos, sino de diagnosticar bien y actuar a tiempo.

Entre la naturaleza y la normativa: el desafío de adaptarse sin frenar el turismo

El decreto no ignora que muchos campings llevan décadas funcionando en zonas que hoy, con los mapas actualizados, se consideran de riesgo

Por eso prevé que los titulares puedan aportar propuestas y estudios propios que ayuden a entender mejor la situación del terreno y a plantear soluciones realistas. Esa información se incorpora al expediente y puede marcar la diferencia.

Además, se crea un Consejo Asesor y de Participación para que la administración pública, el sector y personas expertas puedan trabajar de forma conjunta en cómo aplicar la normativa con sentido. Ahí se debatirán criterios de gestión del riesgo, modelos de alerta homologados o medidas de protección adaptadas al terreno.

El propio texto legal habla de medidas de apoyo: recursos técnicos, acompañamiento administrativo, coordinación con los municipios y mejoras en la dotación de medios. Porque la prioridad es clara: que los campings puedan seguir abiertos, pero bien preparados.

Cuando el clima no avisa: lecciones de episodios recientes

Los Pirineos guardan una memoria trágica sobre lo que puede pasar cuando una tormenta corta y violenta se cruza con un camping mal ubicado

El caso más conocido sigue siendo el de Biescas, en 1996, donde una riada arrasó el camping Las Nieves y provocó la muerte de 87 personas. Bastaron 200 litros por metro cuadrado y un barranco mal canalizado para convertir una tarde de verano en una catástrofe. A raíz de aquella tragedia, se endurecieron las normas sobre la ubicación de campings en zonas de riesgo, y la percepción pública del problema cambió para siempre.

Pero Biescas no fue un hecho aislado. 

En junio de 2013, una crecida torrencial del río Bastan, en la localidad francesa de Barèges, volvió a poner el foco sobre la exposición de muchas zonas de acampada. La riada dejó dos víctimas mortales, destruyó infraestructuras y provocó daños graves en el pueblo y en su camping. Las autoridades locales reaccionaron reduciendo la superficie destinada a acampada y replanteando la distribución de los espacios para dejar libre el cauce. La decisión fue clara: dejar que el río tenga por dónde escapar cuando vuelva a llover así.

El río Bastan en Barèges tras la crecida del 18 de junio de 2013. Imagen tomada el 19 de junio desde el helicóptero de la seguridad civil, que muestra el paso de las aguas de la crecida a través del camping situado junto al cauce. Institut des Risques Majeur (IRMA) / RTM - ONF

Estos casos han enseñado que el tiempo de reacción en estos escenarios es mínimo. Si no hay sistemas de alerta temprana, rutas de evacuación claras y una gestión bien ensayada, el riesgo no se mitiga con señalización o buena voluntad. Se mitiga antes, con decisiones de planificación y tecnología que ya deberían estar en marcha.

Soluciones inteligentes para reducir el riesgo de inundación en los campings

La experiencia y los episodios trágicos que mencionábamos en el epígrafe anterior nos enseñan que el riesgo no desaparece con carteles ni con buenas intenciones. 

Se necesita información precisa, en tiempo real, que permita actuar antes de que el agua llegue. Y ahí es donde la tecnología se vuelve imprescindible.

Los sistemas de monitorización ambiental, como los que emplean redes de sensores conectados (IoT), permiten detectar en minutos una subida repentina del nivel de un río o un cambio brusco en las condiciones meteorológicas. Si estos datos se cruzan con modelos de predicción y se envían a sistemas de alerta automatizados, es posible avisar con antelación a los gestores del camping, a los servicios de emergencia y a las personas alojadas.

Tecnologías como LoRaWAN, estaciones meteorológicas de alta resolución o sensores que supervisan el caudal del agua ya se están utilizando en zonas de riesgo para generar avisos en tiempo real. 

Pero no se trata solo de medir: lo importante es convertir esos datos en decisiones útiles. ¿Es el momento de evacuar? ¿Por dónde? ¿A qué zona segura? Todo eso depende de contar con información clara y herramientas que permitan responder sin improvisación.

En este punto, la tecnología no sustituye a la normativa. La complementa. Y, bien aplicada, gana tiempo, y en este contexto, el tiempo lo es todo.

Ejemplo de las cuatro fases principales de un cuaderno de especificaciones de seguridad (CPS) y la información más útil que se puede aprovechar.  Institut des Risques Majeur (IRMA) / RTM - ONF

La experiencia de Verneda Camping Mountain Resort

En el corazón de la Val d'Aran, Verneda ha sido uno de los primeros en demostrar el potencial de las tecnologías orientadas a reducir el riesgo de inundación en los campings

Lo ha hecho de la mano de Arantec, que ha desarrollado e implementado una solución completa de monitorización y alerta adaptada a las condiciones del entorno.

Situado junto al río Garona, el camping cuenta ahora con sensores que vigilan el caudal del agua, estaciones meteorológicas conectadas y un sistema de alerta integrados en una plataforma de seguimiento en tiempo real. El sistema ha sido diseñado específicamente para anticipar crecidas y facilitar la toma de decisiones con datos precisos.

Estos sistemas no son accesorios y están completamente integrados en la operativa del camping, dando como resultado más seguridad, más confianza y más capacidad de anticipación. 

La experiencia de Verneda demuestra que no hay que elegir entre naturaleza y prevención. Y que, con la tecnología adecuada, el turismo en zonas de riesgo no solo puede mantenerse, sino fortalecerse.

Un futuro más seguro y resiliente para el turismo catalán

La aprobación del Decreto ley 17/2025 marca un cambio de enfoque: ya no se trata solo de reaccionar, sino de anticiparse con planificación, tecnología y responsabilidad compartida

Cada camping evaluado, cada sistema de alerta implantado y cada plan de emergencia activado hace del turismo catalán una actividad más segura, más moderna y más preparada para convivir con el riesgo.

La experiencia, los avances tecnológicos y los casos reales sobre el terreno como el de Verneda demuestran que es posible avanzar sin frenar la actividad. Pero hacerlo requiere coordinación entre administraciones, acompañamiento técnico, inversión en conocimiento y una voluntad clara de mirar más allá de la temporada.

La lluvia seguirá cayendo. 

Lo que está cambiando, para bien, es cómo nos preparamos para recibirla.