La elevada temperatura del mar Mediterráneo está siendo uno de los temas del verano.
Y no solo por la sensación de «caldo» que experimentan los veraneantes que se acercan a la costa. También porque puede convertirse en un factor a tener en cuenta en la intensidad de las precipitaciones que tradicionalmente suelen hacer acto de presencia durante el otoño.
¿Qué hay detrás de una posible intensificación de las lluvias?
La alerta sobre lo que puede venir tras el verano empezó a raíz de un tuit de un conocido meteorólogo. Además de la repercusión que tuvo en Twitter, el mensaje fue replicado por numerosos medios de comunicación, algunos de los cuales se dejaron llevar por cierto tinte apocalíptico.
Es cierto que una temperatura del agua del mar elevada es necesaria para que se produzcan lluvias intensas. Pero no es el único condicionante para su desencadenamiento.
Factores que contribuyen a desencadenar lluvias torrenciales
Para que llueva de forma intensa necesitamos que concurran los siguientes factores:
- Inestabilidad atmosférica, que facilita el movimiento vertical de las masas de aire.
- Alto contenido de humedad en las capas bajas de la atmósfera. A medida que se incrementa la temperatura superficial del mar, aumenta la cantidad de moléculas de agua que se evaporan. Es decir, pasan de un estado líquido a un estado gaseoso y saturan de vapor de agua las masas de aire más próximas a la superficie marina.
- Fuerza externa o mecanismo de disparo, tales como las depresiones aisladas en niveles altos o DANAs (conocidas de forma popular como gotas frías, aunque no son exactamente lo mismo) o los frentes asociados a las borrascas.
Cuando juntamos estos tres factores en un mismo lugar y momento, ocurre que:
- la DANA aporta aire frío a las capas superiores de la atmósfera, incrementando la inestabilidad;
- las capas de la atmósfera cercanas al mar, más calientes y cargadas de humedad, ascienden por un proceso de convección. El movimiento vertical continúa hasta que esta masa ascendente está más fría que el aire que la rodea, y
- la inestabilidad y el aire cargado de humedad favorece la formación de nubes de gran desarrollo vertical que pueden terminar descargando en forma de precipitación intensa.
En resumen, en una situación de alta temperatura del mar Mediterráneo como la presente, la llegada de una DANA podría incrementar el impacto de la lluvia.
¿Podría esta situación degenerar en la formación de ciclones tropicales en el Mediterráneo, también conocidos como medicanes, si la temperatura sigue aumentando fruto del calentamiento global? Sí, podría ser posible. De hecho, el medicán Ianos que azotó las costas de Grecia en septiembre de 2020 es una clara muestra.
Ante los fenómenos que puede desatar la elevada temperatura del mar Mediterráneo, monitorizar
Como puedes comprobar, los mares y océanos desempeñan un papel importante sobre la meteorología y el clima. Absorben radiación solar y contribuyen a regular el ciclo del agua y la circulación oceánica y atmosférica.
El calentamiento global está haciendo que se rompa el equilibrio en el que se desarrollaban estos mecanismos. Y sí, fenómenos adversos y episodios de clima extremo ha habido siempre. Pero poco a poco estamos yendo de unos hechos anecdóticos y locales a eventos que se suceden cada pocos años y de forma generalizada.
Y ante esta situación y las previsiones que se están haciendo desde la comunidad científica, en Arantec creemos que una de las mejores medidas que se pueden adoptar es reforzar y ampliar los sistemas de alerta temprana. Como ya hemos explicado en otras ocasiones, estas soluciones ayudan a minimizar los efectos que pueden ocasionar las lluvias intensas.
Precipitaciones como las que podría desatar un Mediterráneo que en algunas zonas está 5 ºC por encima de los valores normales.