Tecnología y prevención de riesgos, una combinación que salva vidas
Deja un comentario / Por admin / 28 de noviembre de 2024
La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) de octubre de 2024 y sus terribles consecuencias ha puesto sobre la mesa la necesidad de reforzar la prevención de riesgos de desastre.
Este tipo de fenómenos no solo afectan vidas humanas, sino que también generan pérdidas económicas, sociales y ambientales muy cuantiosas.
Por tanto y teniendo en cuenta la posibilidad de que su incidencia crezca en los próximos años como resultado del cambio climático, vamos a hablar sobre cómo mitigar su ocurrencia.
Glosario de términos para entender de qué estamos hablando
En el ámbito de la prevención de riesgos, especialmente entre los medios de comunicación y las personas no entendidas en la materia, existe cierta tendencia a confundir términos.
Así que antes de nada, vamos a explicar una serie de conceptos que te van a ayudar a entender mejor la totalidad del artículo.
¿Qué es un fenómeno natural?
Los fenómenos naturales son sucesos que suceden en la naturaleza sin que intervengan las personas.
Estos eventos incluyen diferentes tipos de fenómenos tales como lluvias, huracanes, terremotos, erupciones volcánicas, fotosíntesis, descomposición, eclipses o meteoritos.
Cuando estos fenómenos naturales tienen potencial para causar daño, por su, por ejemplo, carácter extremo, podríamos hablar de peligro natural o amenaza. Y cuando analizamos cómo interactúa un peligro natural con el entorno, hablamos de riesgo natural.

¿Qué es la exposición?
En un contexto de prevención de riesgos naturales, la exposición hace referencia a la presencia de personas, infraestructuras, viviendas, actividades económicas y otros bienes humanos en zonas propensas a una amenaza.
Algunos aspectos clave de la exposición son
- La dimensión material, que engloba los edificios, las infraestructuras u otros bienes.
- El aspecto social, que hace referencia a las personas y las comunidades.
- El ámbito económico, que incluye las actividades económicas.
¿Qué es la vulnerabilidad?
La vulnerabilidad nos habla de las características y circunstancias de una persona, grupo o sistema que hace que sean susceptibles a los efectos dañinos de una amenaza.
Hay diversos factores que contribuyen a la vulnerabilidad:
- Distribución y crecimiento de la población, siendo las zonas más densamente pobladas o urbanizadas las más vulnerables.
- Diversidad social, distinguiéndose factores como la edad, el sexo, la discapacidad o el estatus socioeconómico.
- Barreras lingüísticas, que vienen marcadas por la diversidad de procedencia de la población y su conocimiento del idioma.
- Factores económicos, con la pobreza y la falta de recursos como limitantes de la capacidad de respuesta y recuperación en caso de catástrofe.
- Exposición profesional, con ciertas ocupaciones que pueden aumentar la vulnerabilidad frente a peligros específicos (por ejemplo, un agricultor frente a una sequía).
- Factores institucionales, que aumentan la vulnerabilidad cuando la gobernanza es deficiente y se acompaña de una falta de preparación ante las catástrofes.
Entendiendo qué es el riesgo de desastre
El riesgo de desastre se genera cuando, en un mismo lugar y de forma simultánea, coinciden una amenaza, un elemento o sistema vulnerable y la exposición de este a un posible daño.
David Crichton, experto en evaluación de riesgos, representó la intersección de los diferentes factores mediante un triángulo clave en el ámbito de la prevención de riesgos de desastre.

En la siguiente tabla te mostramos unos cuantos ejemplos de riesgo y qué condicionantes podrían dar como resultado un desastre.

Los desastres no son naturales
La amenaza siempre surge de la interacción de los sistemas sociales y biológicos y físicos; las catástrofes se generan tanto o más por las acciones humanas que por los acontecimientos físicos». (Gilbert F. White, geógrafo y «padre» de la gestión de las llanuras aluviales)
Llegados a este punto, se hace más sencillo entender por qué los desastres no son naturales.
Teniendo en cuenta que el desastre sucede cuando hay una intersección entre un peligro natural con una zona propensa a sufrir daños, cuando se actúa sobre la vulnerabilidad y la exposición, rebajando su influencia, el riesgo de desastre se minimiza o, incluso, desaparece.
Sistemas de alerta temprana, tecnología que salva vidas
En nuestro blog ya hemos tratado con antelación las ventajas que tienen los sistemas de alerta temprana.
Pero recientemente y a raíz de las consecuencias de la DANA, elDiario.es recordaba cómo los sensores instalados por Arantec permitieron salvar la vida de 400 personas en la riada que afectó en junio de 2013 a la comarca de la Val d’Aran.

La clave, combinar conocimiento y acción
La prevención de riesgos no es solo una cuestión de tecnología, sino de responsabilidad compartida.
Modelos como el triángulo de Crichton nos muestran que al actuar sobre la exposición y la vulnerabilidad, podemos reducir el efecto de los desastres.
Las alertas tempranas, por ejemplo, son una de las soluciones que podemos adoptar para minimizar el riesgo de desastre. Junto con unas estructuras resilientes y una comunidad preparada, pueden salvar muchas vidas.
Frente a situaciones como la DANA, es importante actuar con previsión y compromiso, combinando el saber científico con soluciones tecnológicas.
Solo de esta manera conseguiremos un futuro más seguro y sostenible para todos.