Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos es una figura de protección ambiental del Gobierno de Aragón que cuenta con variadas ubicaciones en las comarcas de Alto Gállego, Sobrarbe y La Ribagorza, todas ellas en la provincia de Huesca (Aragón, España). Cuenta con una superficie de 3.190,4 ha y otras 12.897 ha de zona periférica de protección. Su altitud oscila entre los 2.700 y los 3.404 msnm.
Estos Monumentos fueron declarados como tales el 21 de marzo de 1990, por la ley 2/1990, de declaración de Monumentos Naturales de los glaciares pirenaicos, siendo ampliados el 23 de julio de 2002, mediante el Decreto 271/2002, del Gobierno de Aragón, que modifica y amplía la superficie protegida de los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos, se establecen las zonas periféricas de protección y se aprueba su Plan de Protección. Finalmente, la última ampliación tuvo lugar el 4 de septiembre de 2007, mediante el Decreto 216/2007, del Gobierno de Aragón, por el que se amplía la superficie protegida de los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos y se modifica su Plan de Protección. Partes significativas de estos Monumentos Naturales pertenecen a dos Espacios Naturales Protegidos de la alta montaña aragonesa: Parque Natural Posets-Maladeta y Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Incluyen los siguientes macizos (especificando los términos municipales afectados):
- Balaitús (Sallent de Gállego).
- Infierno (Panticosa y Sallent de Gállego).
- Viñamala (Torla-Ordesa).
- Monte Perdido (Bielsa y Fanlo).
- La Munia (Bielsa).
- Posets (San Juan de Plan, Sahúny Benasque).
- Perdiguero (Benasque).
- Maladeta (Benasque y Montanuy). Aquí se encuadra el pico Aneto.
En todos ellos se pueden encontrar, además de las masas glaciares, otras manifestaciones propias de la geomorfología glaciar, como morrenas, ibones o valles en U.
Los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos constituyen las masas de hielo más meridionales de Europa. Se trata de los últimos testimonios de los glaciares que, junto a otros agentes modeladores, dieron lugar a las principales formas del relieve de los Pirineos. La singularidad y fragilidad de estos pequeños pero bellísimos reductos del frío, los ha hecho poseedores de un elevado interés científico, cultural y paisajístico.
En la actualidad, el glaciarismo pirenaico está limitado a determinados espacios testimoniales por encima de los 2.700 msnm. La reducción de superficies glaciares es una constante desde la finalización de la PEH (Pequeña Edad del Hielo), que supuso un periodo de enfriamiento entre los siglos XIV y mitad del XIX, con la consiguiente reactivación glaciar en el Pirineo y en otras muchas montañas de la Tierra. Esta reducción de superficies glaciares se ha acelerado desde la década de los años 80 del siglo XX.
El clima es extremo en estos lugares de alta montaña, lo cual provoca la escasez de plantas y de animales, por su difícil adaptación. Poco más que sarrios y perdices nivales se pueden ver en el entorno de los glaciares. La especie reina en los ibones es una rara especie de anfibio endémico, el tritón pirenaico (Euproetys asper).
Con el objetivo de conocer las características climáticas de estos entornos singulares, resulta conveniente instalar sistemas de monitorización en los mismos. Es el caso de la estación nivometeorológica que posee el Patronato de los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos en las proximidades de la cima del pico Aneto.
Debido a la ubicación de la misma, con unas condiciones muy complicadas de acceso y de mantenimiento, se ha apostado por Arantec con el objetivo de actualizar tecnológicamente la estación, ya que esta empresa cuenta con personal especializado en instalaciones de este tipo, así como en medios de alta montaña.
Los datos aportados por esta estación nivometeorológica contribuirán al mayor conocimiento de las condiciones ambientales y climatológicas del Glaciar del Aneto y de su evolución, en el actual contexto de importante reducción de las masas glaciares.
El trabajo de Arantec garantiza el adecuado mantenimiento de esta estación de alta montaña y la captura de los datos nivometeorológicos.
Mario Losáñez Tejedor
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos