El invierno suele implicar, en muchas ocasiones, condiciones complicadas para circular por carretera. De hecho, una estampa habitual de los meses invernales es la de operarios y máquinas esparciendo sal y otros abrasivos que evitan que la calzada se convierta en una trampa.
Pero el impacto de la sal para deshielo también tiene una cara negativa: los daños a la biodiversidad que genera el uso abusivo de estos productos.
Una buena forma de reducir estos efectos de la sal para carreteras, una monitorización meteorológica de las vías de comunicación que permita su uso de forma responsable.
¿Por qué se echa sal en las carreteras?
La sal para deshielo de caminos y carreteras es el producto más utilizado en todo el mundo debido a sus ventajas:
- previene o derrite el hielo y la nieve de forma eficiente (una vez raspada la calzada para retirar la mayor cantidad de nieve);
- es económica, y
- usada de manera adecuada, no es tóxica y tiene un impacto medioambiental mínimo.
También se usa la salmuera, una mezcla de sal y agua que actúa más rápido y precisa de una menor cantidad para ser efectiva.
Pero, ¿cómo actúa la sal sobre una carretera con nieve o helada? Es pura química: la sal (los átomos de cloro y sodio que la componen, para ser exactos) hacen que disminuya el punto de congelación de los 0 ºC del agua pura a valores negativos.
¿Cuál es el impacto de la sal para deshielo?
El uso de este fundente asegura la vialidad invernal. Pero la aplicación desmedida de sal para deshelar las carreteras puede generar efectos negativos en nuestro entorno.
Un impacto de la sal para deshielo es el aumento de la salinidad de las masas de agua superficiales y subterráneas, un factor que afecta a la calidad del agua y amenaza la vida acuática.
Road salts are washing into the Mississippi River, damaging ecosystems and pipes.
— Wisconsin Watch (@WisconsinWatch) January 12, 2023
Chloride levels are increasing at all Wisconsin monitoring sites and across the Upper Mississippi River basin, @madeline_heim reports for @agwaterdesk. https://t.co/UvElzvtP7D
De hecho, un reciente estudio publicado en Nature Reviews Earth & Environment pone el foco sobre este problema, advirtiendo del progresivo cambio en el equilibrio de los iones de sal en los sistemas terrestres.
Y lo que es más grave: genera un efecto cascada, ya que esta sal contribuye a la contaminación del suelo y sedimentos, afecta a peces, insectos acuáticos y anfibios y contribuye a derretir la nieve de la que dependen muchas comunidades locales para su suministro de agua potable.
Otro impacto de la sal para deshielo reseñable es la afección sobre las infraestructuras, ya que este fundente corroe el metal y el hormigón con el que se construyen puentes o vías peatonales. De hecho y según una estimación realizada para EEUU en 2014, se considera que el coste total de los daños de una tonelada de sal es de entre 800 y 3300 US$.
Fuente: Smart Salting for Roads Manual. Minnesota Pollution Control Agency, 2023
Soluciones para un invierno más sostenible
Ante este escenario, es importante cambiar el enfoque actual. La sal tiene una función crítica para garantizar la seguridad en las carreteras, pero es necesario poner en práctica técnicas de esparcimiento más eficientes, desarrollar alternativas más sostenibles y formar e informar sobre los efectos de los productos salinos como fundentes.
En este sentido, nos ha parecido muy interesante el programa Smart Salting puesto en marcha por la Agencia de Control de la Contaminación de Minnesota, que a través de herramientas online, manuales y vídeos, busca mejorar la sostenibilidad en el mantenimiento de carreteras.
No obstante, uno de los factores clave para lograr una correcta aplicación de la sal es conocer con detalle las condiciones meteorológicas, algo que se puede conseguir mediante estaciones meteorológicas automáticas. Arantec, por ejemplo, está demostrando los beneficios que tienen estas tecnologías en Castilla y León, donde se han desplegado varios equipos de monitorización que, además de supervisar los silos de sal para carreteras, proporcionan información sobre el estado de las calzadas de la región.
Fuente: Radio Televisión de Castilla y León – RTVCyL
Proteger el presente para deshelar el futuro
En este dilema entre seguridad vial y sostenibilidad ambiental, es esencial cambiar de paradigma.
Con un enfoque integral y la incorporación de tecnologías avanzadas como la monitorización meteorológica hiperlocal, podemos transformar nuestra relación con la sal durante el invierno, construyendo un futuro donde la seguridad vial y la sostenibilidad caminen juntas.
Es hora de mirar más allá y considerar el coste ambiental de nuestras decisiones invernales.